Hoy iba a escribir sobre el ego, pero creo que Martinelli me ha ahorrado un rato aporreando el teclado gracias a esta entrada. No podría estar más de acuerdo con lo que ahí cuenta, así que realmente poco tengo que añadir. Si acaso, decir que cada día me cuesta más ver sin perder el tiempo entrando al trapo cómo algunos dictan sentencias de “cuñadismo” cuando otros no están de acuerdo con los preceptos de la fe verdadera, que por cierto varía según el día. Sin más, os invito a leer la citada entrada.
10 marzo, 2015 — 6:20 am
Eres un “puto” vago. Por no escribir lo tuyo te aprovechas de lo de la buena de Martinelli que a su vez es muy bueno.
Apoyo lo dicho en su texto. Voy allá a suscribirlo.
10 marzo, 2015 — 8:57 am
Por ser vosotros, no pasa nada 😉 . Nada, al contrario, muchas gracias por leer y compartir el post, formar una de las pequeñas piezas de este puzzle vuestro me alegra y anima mucho. La cara B de esto es lo triste que resulta que no sea una reflexión aislada y represente las sensaciones de más personas, da una idea del peso de esta moda, o esta nueva orden, que como me decís algunos y comparto, se carga la atmósfera de Twitter. A ver cuándo se pasa esto, a ver si logramos disipar tanto alto humo…
10 marzo, 2015 — 9:05 am
Cuando alguien lo borda, el verbo no es repetir sino difundir 🙂
10 marzo, 2015 — 10:15 am
Sois conscientes de que hay gente que leerá esta entrada, incluso el post mencionado, y no tendrá ni puñetera idea de a que ego o a que cuñado os estáis refiriendo, no?
10 marzo, 2015 — 10:49 am
Por mi parte, no estoy pensando en ningún ego en particular (aunque tenga mis ejemplos, claro) sino en actitudes tristemente van generalizándose como una moda.