Durante los últimos dos años, todas las fotos que he hecho en el transcurso de mis vacaciones han sido con el iPhone. El año pasado con el iPhone 5 y este año con el 5S. Tanto es así, que regalé mi cámara compacta (una Canon IXUS 70) porque estaba convencido de que nunca jamás volvería a usarla y se merecía una vida mejor que permanecer en un cajón ad eternum.
Curiosamente, cada vez que me cambio de móvil el tema cámara es un puntal: cámara mala, teléfono descartado. Este método de decisión limita en gran parte los terminales que pasan por mis manos y echa el ancla cada vez más profunda en la lente de mi iPhone.
Estos días estoy replanteándome — por enésima vez — el uso del teléfono y me pregunto si no habré sido engañado por mi propio discernimiento y necesito rehacerlo. Las cámaras para vacaciones se utilizan aproximadamente dos veces por año (por lo general, vacaciones de invierno y vacaciones de verano) y es en el teléfono móvil donde suele recaer toda la responsabilidad. Cada vez menos personas cargan con sus pesadas réflex con objetivos y las cámaras compactas usurpan a estas últimas las funciones estrella. Pero, a pesar de que las compactas han alcanzado grandes cotas de calidad en un espacio ínfimo, se hace necesario cargarlas. Y esto no es cómodo.
No es cómodo llevar tus bolsillos del pantalón o del abrigo como si fueran a reventar; es incómodo. Como también es incómodo tener que sacar la cámara de la funda, encenderla, apuntar y disparar. Cuando haces fotos, pierdes el momento. Y si es vídeo, lo pierdes todo durante los minutos de grabación. Tu más absoluta atención estará puesta en el plano, el encuadre, el enfoque, la luz o el movimiento y aunque lograras una captura estética y con potencialmente muchos RT’s o Likes, tú habrás perdido. La imagen gana. El .jpg nunca se parecerá a tus capturas mentales enriquecidas. Quizá sirvan para recordar, pasados los años, cosas concretas. Pero esas mismas cosas pueden ser fotografiadas con cámaras de baja calidad como las de un teléfono de poco más de 100€. Y no hablo de teléfonos chinos con cámaras de 2mpx donde cuesta reconocer una cara apastelada, sino de motogés o lumiasquinientosequis que han demostrado su solvencia no sólo en el manejo de los sistemas operativos sino que también a la hora de establecer marcas temporales con imágenes.
No es la foto, es tu momento y lo pierdes por tratar de encapsularlo.
Necesito un backtobasics cada vez con más urgencia.
Que el botón compartir sólo me ofrezca pareja, familia, amigos.
13 marzo, 2015 — 6:51 pm
Curiosamente este último fin de semana estuve subiendo mis fotos a la dichosa nube (en mi caso, la de Microsoft) y me percaté de que conforme me iba atras en el tiempo, las fotos no me gustaban. Era lógico, las hice con teléfonos que hoy en dia están descatalogados o símplemente superados por los modelos actuales.
Lo que me resultó curioso es lo orgulloso que estuve en su momento de esas fotos. Como recordaba lo que me gustaron esas fotos cuando las hice.
Quizás lo importante no sea la calidad de la cámara, quizás lo importante sean los recuerdos que nos evocan.
Y para eso no hay filtro que aplicar ni app mágica que descargar.
Pero por si acaso, sigo llevando encima la mejor cámara móvil que puedo permitirme… solo por si acaso me equivoco 😛
13 marzo, 2015 — 6:58 pm
Yo también soy flan de Onedrive, y el hecho de tener un lugar donde poder almacenar todas las imágenes (algo así como un contenedor en el que ir echándolo todo) me parece positivo, pero no deja de ser algo secundario.
Primero el momento, después la foto (si es posible).
13 marzo, 2015 — 11:22 pm
No suele pasarme esto, a mi todo lo contrario. Tengo que acordarme de hacer la foto, porque normalmente si me gusta lo que estoy viendo o haciendo se me olvida completamente el tema cacharril.
14 marzo, 2015 — 11:39 pm
Me pasa igual.
Las fotos en los ultimos años las hago solo con mi iPhone.
Me alegra poder ver con el paso de los años como mis fotos son cada vez mejores. La calidad de la camara de un iPhone importa. Con el paso del tiempo lo terminas agradeciendo.
La reflex queda relegada a un par de ocasiones al año, solo en dias concretos de vacaciones o eventos. Pero a diario todas las fotos las hago con mi iPhone.
Recientemente he descubierto que con una GoPro tengo la ocasión de despreocuparme de encuadres y demas por que me permite apuntar y disparar en rafaga o grabar sin perderme nada, saliendo de vez en cuando en el video.
Sigo fiel a mi iPhone.
15 marzo, 2015 — 7:19 am
Por mi parte cada vez hago menos fotos en general, ni reflex mi compacta, ni iPhone ni gaitas, llamadme triste pero tengo la sensación de disfrutar menos el momento si soy el periodista. Estamos perdiendo recuerdos por querer archivar los (y tiempo en el procesado), hay, la reflex y sus 5-15 obturaciones por segundo…
En cuanto a las apps, puedo perder casi tanto tiempos con ajustes y procesado como en una reflex con Camera+ o disparar alegremente con Magicam y dejar que haga lo suyo.